Otoño en Rusia

Otoño en Rusia

Otoño en Rusia – Hay países donde su latitud, aconseja volver a visitarlos cuando sus hojas amarillean, uno de ellos sin dudas es Rusia. Pequeña selección de fotos, tomadas durante mis paseos por sus parques.

Desde Savitur, tu agencia de Viajes en Málaga, organizamos este grupo y a continuación puedes ver alguno de los bellos lugares que recorrimos.

San Petersburgo

Otoño en Rusia

Patio de entrada del museo Hermitage. Cuando vi la escena, me costó tomar la cámara, era hipnótico contemplar a los niños jugando, sin teléfonos móviles. simplemente, bailando entre las hojas.

Otoño en Rusia

Detalle del suelo del bosque junto al Palacio de Invierno. La belleza, sólo se muestra a los seguidores más pacientes. 

Otoño en Rusia

Bosque, sólo el soñador se ha ido, el sueño, jamás se termina. 

Otoño en Rusia

Detalle en un banco, donde alguien se entretuvo en formar un “Centro de hojas”. La sensibilidad de un pueblo al que con frecuencia se tacha de insensible.

 

Otoño en Rusia

Lago del Palacio de Invierno. Cada ser madura a un ritmo diferente.

Otoño en Rusia

Suelo del parque. La verdad está siempre ahí frente a nosotros, pero a menudo no la aceptamos porque no nos gusta cómo está envuelta. 

Otoño en San Petersburgo.

Calle junto al Palacio Mijailovsky. En verano y en especial durante las noches blancas del verano, el tráfico suele ser intenso. Ahora hay un silencio donde poder escucharse a si mismo.

Otoño en Rusia

Estatua en el Palacio de Invierno de San Petersburgo.

El fin del verano, siempre es triste, salvo en Rusia que es bello. Cuando se preparan para hibernar, sus museos dejan de estar masificados y los hoteles ofrecen unos precios más asequibles. Los cruceros han desaparecido y tú te vistes como si fueras a atravesar el polo norte y después te das cuenta de que no era para tanto. Aunque ya sabéis el dicho, no existe el frío, sino personas mal vestidas.

En esta ocasión, acompañé a un grupo de profesores y personas excepcionales muy vinculados a la asociación ASANSULL

Más sobre el autor

Moscú: Museo de la Cosmonáutica, de la aviación, del ejército, sus monumentos y otras cositas…

Viaje a Moscú

Viaje a Moscú – En los últimos 5 años que he tenido la suerte de visitar la Capital de Rusia, me voy sorprendiendo gratamente de su evolución.

Una ciudad que ha mejorado en hoteles, restaurantes, y sobre todo que ofrece en está Europa que cada día sorprende menos por su uniformidad.

Sus Museos:

Unos museos como el de la Cosmonáutica con una historia al nivel de sus eternos competidores de Cabo Cañaveral, pero narrada por unos guías apasionados y orgullosos de su nación, como solo un ruso o rusa sabe estarlo.

Viaje a Moscú

La iluminación de la Plaza Roja es espectacular, asegúrate de alojarte en un hotel que puedas ir caminando.

 

 

 

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Catedral de San Basilio.

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Puerta de la plaza.

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Kremlin desde el río Moscova

 

 

 

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Universidad de Moscú

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Tsiolkovski, el padre de la cosmonáutica. Monumento inmenso realizado en Titanio. Fruto de una época en la que la propaganda se nutría de la mayoría de los recursos del estado.

 

 

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Museo imprescindible

Viaje a Moscú

He tenido la suerte de visitar Cabo Cañaveral y son museos muy diferentes pero la visita de este me gustó mucho más.

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Lo mejor del Museo …. el orgullo de los que lo explican … amor al sacrificio de tantos hombres y mujeres por desvelar los secretos al Universo

Viaje a Moscú

Museo de la Aeronáutica. Explicado por antiguos pilotos de combate rusos…. Occidente innovaba y ellos sonriendonos nos explicaban que los mejoraban. Tambien, algunos como el que sale en la foto, eran autenticos brindis al sol para impresionar durante la guera fría y poco más.

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Cientos de modelos de aviones y helicópteros

 

 

 

 

Viaje a Moscú

Entrada del Museo del Ejercito

Viaje a Moscú

He de reconocer que la visita del Museo del Ejército, no es del gusto de todos los públicos, aunque si eres estudioso de la 2da Guerra Mundial, gozarás. La guerra con Alemania, tiene un peso enorme en la historia sovietica y se ve que tenían mucho interés en grabarlo en la memoria colectiva del pueblo ruso

Viaje a Moscú

En los alrededores de Moscú, no dejar de ver el monasterio de la Trinidad y San Sergio en el pueblo de Sérguiev Posad

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Interior del Kremlim

 

 

 

 

 

Viaje a Moscú

La ciudad, año a año se va renovando.

 

 

 

 

 

Manchas en las Manos

Manchas en las Manos

Un relato sobre mis comienzos, desde la visión del abuelo que soy.

Manchas en las manos

Hoy, el abuelo soy yo

Un verano con ocho años mi padre me montó en un bus con un grupo que iba de viaje a Portugal.

Al subir una buena cantidad de señoras mayores no pararon de pellizcarme los mofletes y ofrecerme sin parar sandwiches de pan Bimbo con mantequilla que habían preparado para el camino.

Cuando eres niño te fijas en detalles en los que un adulto ni se fija y yo cada vez que me ofrecían otro sandwich no podía evitar fijarme en las manos que me los ofrecían cuyos dorsos tenían manchas y eso no me gustaba.

El poder de una madre.

Tantos tuve que comerme y tan a disgusto que al llegar a las Pedrizas vomité. Pero mi madre me había enseñado que no se puede rechazar un regalo de una persona adulta.

Hoy soy yo quien ya comienza a tener manchas en las manos y otra en la mejilla izquierda que os confieso he intentado quitarla con algún que otro producto cosmético sin resultados hasta el momento. A esas personas mayores les debo mucho de lo que soy.

No te enfades si no sale como quieres.

En San Petersburgo gracias al foro internacional de economía, el ayuntamiento ofrecía un concierto abierto de STING.

La hora coincidía con un espectáculo folclórico contratado para mi grupo así que hablé con Juliana, la guía de Savitur del otro autobús y ella se ofreció para quedarse con el grupo y así yo podría oír en directo y en Rusia la canción: because the Russians loves their children too o gritar como loco Rooooxane.

La interrupción del plan.

Así que una vez acomodados mis viajeros me dispongo a salir y en la puerta del teatro me encuentro con Elena, la guía de la que os hablo en “la Maestría” que me dice:

Oye si no me molestas mucho, te llevo a un sitio cutre donde podemos esperar a que salga el grupo.

Ante semejante propuesta, dicha con tanta “suavidad dulzura” y cariño no me pude negar porque yo como ha quedado demostrado desde mi más temprana edad, no me niego a comer un sandwich mantecoso y recalentado de ninguna señora mayor.

Además, intuía que esa invitación debió suponer un esfuerzo titánico de mi apreciada Elena. El niño dentro de mí seguía tarareando todas las canciones de The Police.

Te llevarán a dónde no quieres.

Y si era cutre. En el muelle del puerto, un bar de marineros.

En la época sovietica los marinos mercantes rusos fueron regalando souvenirs, y objetos que ellos consideraban iconos de nuestro mundo occidental, así que entre un poster de Casablanca innumerables matrículas de medio mundo.

Instrumentos marineros y dos borrachos que literalmente dormían la mona sobre la barra tomamos asiento.

Me apetecía tomar una cerveza (la natural es excelente) pero ella me invitaba a café, así que café.

Los planes de la vida son mucho mejores que los tuyos.

Y comenzó la clase de historia soviética. Como inevitablemente se tocó la política, y mi FB está concebido para “ganar amigos y no perderlos” por esas tonterías no entro en detalles.

Fue una hora y 3 cuartos de clase magistral de Elena que me llevó de Lenin a Medvedev, a la visión rusa sobre Ucrania, Polonia, Bielorrusia, los conflictos con los chechenos, así como la lucha interior de los habitantes de Uzbekistán y las demás repúblicas turcas que estuvieron bajo el paraguas de la URSS, pero a la vez muy influenciados por el islam, el deseo de Rusia actual de ingresar en la CEE….

Estoy seguro que ese sandwich histórico-sociológico me vendrá muy bien para el futuro. ¡Por algo se le ocurrió a esta buena mujer invitarme a ese bar, pero caramba era un concierto de STING y yo ya tengo también manchas en las manos!

La Maestría

La Maestría

Cuando alguien domina su oficio.

Mi grupo estaba cansado. No era para menos, con sólo 4 horas de sueño, después de haber almorzado y bebido alguna cervecita. Todo el día lloviendo y nos tocaba visita del museo del Hermitage.

La maestría - Viaje a Rusia

Muchos añorábamos nuestro sofá, otros con pereza se dirigían al guardarropa, algunos me pedían ayuda con los auriculares que entregamos para que puedan escuchar a la guía en medio de tanta gente.

Elena, nuestra guía en San Petersburgo.

Una señora en una edad cercana a la jubilación. Filóloga y pedagoga. Es correcta en el trato y tiene la mirada típica de aquellas personas que han vivido y pasado mucho. Detrás de su rostro sereno a veces percibo una tormenta interior. El ruso educado en la URSS en general le cuesta entender al alegre y dicharachero pueblo Mediterráneo.

Las primeras impresiones no siempre aciertan.

Yo pensé y me equivoqué: esta Señora parece molesta…. debe ser porque seguimos hablando mientras explica en el bus, o porque esta mañana tuvimos media hora de retraso para salir. El grupo es muy bueno, pero está agotado y en esos momentos pues… no se presta atención.

La transformación.

Sin embargo, comenzamos la visita y milagro. La primera sala por donde entramos era espectacular, pero Elena no se limitó a explicar detalle tras detalle, monótonamente como a tantos he tenido que padecer.

La mutación

NO. Ella era Catalina la Grande que estaba confesando a unos buenos amigos porqué decoró esta sala así y la otra asá. Y de repente nuestra guía se transformaba en la amante de Rembrand que nos contaba porqué el genial pintor flamenco se había autorretratado como San José y en la otra sala era el ceramista que construyó aquel jarrón inmenso y se quejaba de las dificultades que tuvo en el momento de la cocción.

Cada obra tenía mil historias personales intrincadas del suelo al techo de cada planta del palacio. Todo cobraba coherencia, se unificaba desde un millar de matices en una única fórmula, el amor a la belleza, al arte.

Dos horas después, se acabó la visita, volvieron a doler espaldas y pies, retornó el sueño, y el cansancio, percibimos las ropas mojadas y también regresó el rostro de Elena, esa guía poco simpática con mirada de haber pasado mucho en la vida…

En Rusia con Viajes Savitur.