India
India. Relato de un guía acompañante de un grupo en India. La picaresca más allá del Lazarillo de Tormes.

El encuentro
¡Chachá!
Dime………
Corriendo tras de mí, un muchacho en el parking del Templo de Fatehpur Sikri, (India). Como la mayoría de los indios, de piel cobriza y ojos vivos.
¡Chachá! ¿Tú eres Chachá?
Si, yo soy el Chachá le contesté deseando quitármelo de en medio tras diez días perseguido por todo tipo de mendigos, vendedores ambulantes, limpia zapatos …. en todas y cada una de las visitas. Soy agente de viajes y trabajo en Savitur, una agencia de viajes en Málaga.
Mi mente occidental, tiende a desear construir un mundo simétrico, equilibrado, justo……. y en la materia no puede existir una fórmula mágica que arregle todo porque fue creada con límites por voluntad de un Amor Infinito. De un Dios que desborda nuestra capacidad (limitada a espacio tiempo), arriba la asimetría, no es un problema porque no hay límites, todo está de alguna manera completo.
Aquí, en el reino del bien y del mal, las diferencias fruto del sometimiento al espacio/tiempo, provocan múltiples incomodidades.
El Universo humano, crece y se expande como un bebé que, a los nueve meses, le falta espacio en el vientre de su madre… a empujones sale, provocando dolor, buscando su lugar…. y añorando regresar a un Mundo menos limitante.
En India yo soy el Chachá o guía acompañante en hindi, soy perseguido en toda la India como una casta destinada a repartir propinas y dádivas a cualquier afortunado hijo de Shiva que tenga la fortuna de encontrarme. Aunque éste en concreto, dada la región donde me encontraba era musulmán, hijo del profeta pues.
Las extorsiones
Los métodos para exprimir al Chachá son múltiples y a cada gremio se le enseña uno:
En el gremio de los limpia zapatos, es común que un señor mayor con su caja llena de betunes y cepillos te adelante encorvado con esfuerzo y sudando.
De repente, se le cae uno de sus cepillos más nuevos sin que aparentemente se dé cuenta de su pérdida y claro, el Chachá conmovido, lo recoge del suelo y va tras el para devolver su herramienta principal de trabajo al esforzado anciano.
El vetusto limpiabotas me mira con profundidad y tras juntar sus manos a la altura del pecho, se inclina y pronuncia solemnemente -Namasté- que significa: saludo a lo más elevado de tu Alma y acto seguido me pide que le permita limpiarle su calzado como agradecimiento por la ayuda.
Y claro cuando acaba su generoso agradecimiento, el Chachá lleno de falso orgullo y con los zapatos pulidos, acaba correspondiendo con una propina que posibilitaría limpiar todos los pares de zapatos de Imelda Marcos en diez de sus últimas reencarnaciones.
A los cinco minutos el Chachá ve como el mismo zapatero deja caer su cepillo delante de un turista inglés que vuelve a correr tras el para ayudarlo….
¿Por qué?
Cuando Dios Padre creó los países, conociendo el problema de la asimetría y siendo como es exquisito, decidió pedir un voluntario entre los países para reflejar esta característica de modo extremo y así liberar a los demás de tan pesada carga.
La incertidumbre y la injusticia no es muy deseada.
Sólo se presentó India, el más sufrido y sabio de los países.
Tú, darás pues grandes hombres como Gandhi, Tagore, Siddaharta………. y también sus opuestos, a lo que India no contestó con palabras en Sanscrito, sino que se quitó sus polvorientas sandalias y se las puso sobre su cabeza, arrancando una lágrima de emoción al hacedor por su gran fe.
Nos conocemos
Regresemos de nuevo a Fatehpur Sikri …. el muchacho volvió a preguntar:
- ¿De dónde es tu grupo (en un inglés de difícil comprensión)?
Con diez días de continuados métodos de extorsión, tenía yo para escribir una enciclopedia, así que sin rudeza porque su edad me recordaba a mis hijos, pero con hartazgo le dije:
- ¡déjame tranquilo!
- ¡Chachá!, yo sólo quiero ser tu amigo.
- No le contesté y seguí adelante. – Chachá, todos no somos así, yo quiero hacerte un regalo… ¿Tu agencia se llama Savitur, ¿dónde está, en Málaga?
Me giré, puse mi mano sobre su delgado hombro y contesté:
* aquí nadie regala nada.
- Por favor Chachá, no me ofendas y acéptame este llavero como muestra de amistad. No pido nada. Y lo puso en mi mano. Era un calendario perpetuo, por mucho que avanzara el tiempo, siempre estaría allí.
- Chachá, si no te importa, cuando visites otros países, mándame de vez en cuando fotos bonitas y me cuentas lo que aprendas allí.
- ¿Y cómo haré eso? Entonces usando mi móvil, nos hicimos un selfie y grabó su número en mi agenda para que le enviara la foto.
En la distancia, sigue la extorsión.
Unos meses más tarde, cenando un entrecot poco hecho en la marina de Auckland (Nueva Zelanda) junto a mis clientes, recibí una videollamada y allí estabas tú, en tu chabola con tus padres, preguntándome dónde estaba yo.
Giré la cámara y te mostré los veleros, el gran ambiente del lugar y no querías colgar, querías ver más y más….
- Chachá, ¿qué comes? ¿Puedo ver tu plato? Mira, yo estoy comiendo arroz me dijo ….
Y a partir de entonces, este Chachá mostró cada vez que lo llamaba el muchacho, los diferentes paisajes y alimentos de Kenia, Perú, Argentina, Alemania.
Un buen día me llamó y me dijo con alegría:
- Chachá, yo quiero ser como tú. Quiero vivir como tú, quiero comer como tú…quiero ser y trabajar cómo Chachá
- Callado un rato recordé a un tal Adán que quiso ser “como” en lugar de ser. Y le contesté:
- Este es el mundo de los deseos, bien lo saben los Sadhus y Yoguis de tu tierra que huyen como la peste de lo material y buscan los verdaderos valores, pero en tus ojos, mi reflejo me culpaba y decía … te he visto comer entrecot, flan, gambas al ajillo y hasta una ventresca de atún en las Galápagos y yo aquí arroz pelao y mondao.
-
Y…. ¿Cómo puedo ayudarte?
- Pues Chachá, primero tengo que aprender inglés bien y hay una escuela en mi pueblo, pero cuesta cincuenta dólares al mes. ¿Tu podrías pagar un año?
- Tocado por la culpa y a la vez recordando al limpiabotas y a cien santos más que me han tomado el poco pelo que me queda te contesté …. claro que si, por favor dame la dirección de la escuela, teléfono y página web para que me den una cuenta donde enviar una transferencia.
- Pero Chachá, es mejor que me mandes el dinero por Western Union … Ya, ya pero yo opino lo contrario …. me dice: vale, hablo con la escuela…
Un día más tarde y otra videollamada…
- Mira Chachá, ya tengo mis libros de texto (enseñándome unos libros ajados tras infinitos usos), los he comprado de segunda mano y estoy muy feliz de empezar a estudiar, gracias, gracias….
- Bien, bien pero no me has dado el contacto de la escuela, ¿cuándo me los vas a dar? Mañana te los doy….
Un día más tarde y otra videollamada.
- ¿Chacha… estoy muy triste ?, no puedo estudiar… ¿y eso? ¿Qué pasó? Mi madre se ha puesto muy enferma, y tienen que operarla, somos pobres y la operación cuesta mucho dinero. ¿Tú puedes ayudarnos?
- Si claro, pero ¿cuánto es? Son dos mil dólares Chachá…. mira hijo yo tanto no puedo, pero dame los datos del hospital donde está ingresada tu madre y pásame el informe médico y veré cómo puedo ayudar…
Un día más tarde y otra videollamada.
- Chachá, ya no hace falta que pagues al hospital, un amigo nos ha dejado el dinero. ¡Cuánto me alegro!, espero que se mejore, bueno pues…. ¿vas a empezar los estudios? No. ¿Por qué? Porque para pagar la deuda al amigo, voy a tener que ir a trabajar a Katmandú, allí trabajaré por un año, pero necesito dinero para los primeros días … ¿tú me puedes mandar doscientos euros por Western Unión?
- No. Pero puedo hacer algo mejor. En esa ciudad tengo un amigo guía, su nombre es Anup. Te paso su contacto, cuando llegues allí, él te dará el dinero y te ayudará con el alojamiento.
Un día más tarde y otra videollamada.
- Chachá, mi madre no quiere que vaya a Katmandú, dice que está muy lejos así que me ha buscado un trabajo en una ciudad cerca. Mira, ves, no te miento, estoy en otro lugar….
Me ilumino
¡En ese momento comprendí! La India aceptó frente al creador, ser el país con mayor asimetría del mundo y poniéndose sus polvorientas sandalias sobre la cabeza, sin usar palabras le confirmó al Hacedor que nada ni nadie en su obra es superfluo, que todo sirve al plan. Incluso lo que no nos gusta.
El mundo establece categorías, ordena y clasifica a todo y a todos sin saber que para Dios todos tiene un infinito valor y sin embargo frente a Él, no somos nada, ni nadie.
Un día más tarde y otra videollamada.
- Chachá …. espera muchacho, no sigas…. antes de nada, dame tus datos de Western Unión.