Noches que no quiero dormir.

Noches para no dormir.

Noches para no dormir. Que disfruto tanto, que perdono el descanso y casi siempre es acompañado.

Noches para no dormir.

Cuando mi nieta Noa se queda en casa.

Noches para no dormir.

Cuando volando he visto una tormenta y he tratado con la cámara atrapar el relámpago.

Noches para no dormir.

En Yazd paseando con mi grupo. ¿Cómo dormir en lugar de pasear?

Noches para no dormir.

Una noche sólo en Heidelberger, tras una jornada dura.

Noches para no dormir.

Dando un paseo con mi grupo por Cuenca (Ecuador)

Noches para no dormir.

Con mi amiga Carmina de Salas en la plaza de Isfahán, otra que le encantan las fotos tanto o más que a mí.

Noches para no dormir.

Una noche en Brasov (Transilvania) esperando que aparezca el Conde Drácula.

Noches para no dormir.

Paseando con mi grupo por el malecón de Guayaquil

Noches para no dormir.

Cruzando uno de los Puentes de Isfahán

Noches para no dormir.

En la mezquita de la Luz en Shiraz

Noches para no dormir.

Tomando té en Isfahan con mucha “Guasa”

Noches para no dormir.

Quien prefiera dormir en Isfahán, en lugar de contemplar su plaza es que no está bien.

Siempre prefiero dormir a comer, pero si haces el esfuerzo de viajar a un lugar lejano y donde no sabes si vas a volver… entonces hay que darlo todo y salir después de cenar. Porque las ciudades de noche, te hacen una pregunta:

¿Qué es lo que no ves por ver lo que estás viendo?

La noche te suele enfrentar a lo oculto dentro de ti y es una buena ocasión para dialogar con tu verdad.

Espero que te haya gustado este resumen de los paseos nocturnos que doy acompañando a los grupos de Savitur, su agencia de viajes en Málaga.

Más sobre el autor