Historias vietnamitas – 2ª parte

Vietnam

Viaje a Vietnam

Relato en clave de humor, de un viaje, cuando este país se abría al turismo. Nada que ver con la actualidad. Aunque entonces viajar allí, tenía otro sabor llamado aventura.

Continuamos en la carretera pegando botes y llegamos a nuestro hotel.

Alojamiento rural.

En Vietnam las casas de la Selva son de madera de Teca. La planta baja, se usa para los aperos de labranza y la de arriba para vivienda común.

Nuestro hotel era igual, pero, las habitaciones estaban separadas por un tabique de tablas entre las que, con poco esfuerzo, veías a tu vecino de habitación.

Lo mejor era el baño….

El suelo de la planta superior tenía una leve inclinación de manera que cuando te duchabas con la manguera de agua fría, tu agua residual, con espuma, etc iba por gravedad hacia el baño de tu vecino, y la de tu vecino al de al lado y así sucesivamente. Imaginad a la persona que tenía la última habitación.

Cuando iba a su baño podía:

A) Hacer sus necesidades de manera totalmente ecológica. Ya que cuando levantabas en asiento del WC, no existía bote sifónico, sino que veías el arrozal.

B) Era el único baño del mundo donde podías sentarte en el trono, ducharte con tu manguera al mismo tiempo que excretabas. O bien tumbarte en el suelo y lavarte con las dos cuartas de agua enjabonada que te llegaba de tus vecinos.

Todo un lujo.

Y por la mañana, despertamos y tras desayunar yuca, nos pusimos en camino para visitar otras aldeas.

Esta era una aldea Thai. Allí, solo los miércoles, celebran un mercadillo y durante el mismo, las mujeres de la tribu, eligen pareja (hablo de las casadas) diferente a su marido, y se suben al bosque.

A la tarde, vuelve cada mochuelo a su olivo y aquí no ha pasado nada. Era curioso comprobar que algunos niños de los Thai, tenían ojos claros…. Los vestidos eran coloridos, las personas super-amables, el sentido de la vida, completamente diferente.

Allí se preocupan del momento presente. En mi foto de perfil, estoy cruzando un puente altísimo sobre un río bravío y muchas traviesas de madera faltaban. Sin embargo, vi niños de 4 años y menos, mujeres mayores, saltando sobre ellas.

La tristeza.

A cada instante yo me ponía triste por la reciente muerte de mi padre, (con 65 años) y, sin embargo, cuantos niños en ese u otros puentes similares que hay por tantos países del mundo, mueren por accidente, y los padres estaban ocupados en sus tareas, como aceptando que esto forma parte de la vida diaria.

Me llamaba poderosamente la atención que le daban mucha importancia a las tumbas. Las decoran profusamente.

La comida

Continuamos por esa carretera infernal. En mi vida, he tragado más polvo y nuestro amable guía me dice:

Sr. Toon!

Dígame Sr. Tung

El Sr. Ting me informa que aquí en selva, restaurante local no es bueno, solo para vietnamitas.

Indeed! Creo que en mis fotos del FB hay algunas, que tomé del restaurante. A la entrada aparece un cerdo despiezado (no se ven los perros olisqueando la carne) y en otra una mujer joven lavando los platos en el W.C.

Sr. ¡Tung!

Si Sr. Toon

¿Puede Vd. ¿Traducirnos el menú?

Tung: claro: primero tenemos cerdo

Toon : pues como que no nos apetece mucho

Tung: pues tenemos también: gato, perro, serpiente, pollo…

Toon: Sr. Tung creo que volvemos al autobús y comeremos las mandarinas que compramos en el mercadillo de los Thai. Y supongo que en SON LA donde vamos a dormir tendremos mejores condiciones higiénicas para cenar. Me equivoqué….

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