El huerto de la Osera – Aprendizaje en el mundo vegetal
La agricultura es la profesión más digna para todo hombre libre. (Cicerón) – El huerto.
Entre viaje y viaje, me dedico a cuidar de un huerto cercano a la casa de mi hijo mayor.
Gracias a los consejos de Luis (mi consuegro), voy aprendiendo a cuidar del mundo vegetal.
Yo que suelo cuidar a las personas que viajan conmigo.
Me sorprendo día a día de la exigencia y complejidad que supone cuidar un cultivo, muy superior a cualquier otra profesión.

La cosecha del día
Cosas que he ido aprendiendo junto a Luis:
1º La flor se extingue cuando el fruto aparece.
Ya no son infrecuentes las visitas al dentista, al urólogo y demás revisiones de un cuerpo al que estoy agradecido porque se ha portado muy bien.
Ahora llegan los nietos: ya tengo cuatro y son frutos dulces de la vida. La flor un día se irá, cumplió su función.
2º Haz que esté sediento, no me des agua.
Se nos da un breve instante para gustar del agua en este páramo. Sin embargo, el agua que quita la sed viene del pozo de la autoestima.
3º Una diminuta burbuja de risa, me ha convertido en el mismo Mar de la Dicha.
Si la vida, la contemplo, como una oposición donde tengo que alcanzar las mejores notas …
Si en lugar de crear un espacio donde compartir momentos para reír con los demás, me dedico a ser perfecto …
Puede que hasta me den la razón y llegue a su momento el juicio.
Mejor río y veré el rostro de un Padre bueno que sólo recuerda mi risa.
4º Hay amistades que duran más que otras y todas son dulces
No te empeñes en mantener a todo el mundo a tu lado. La vida de una calabaza es larga y la de un tomate efímera. Ambos alimentan.
5º Los mangos engordan si hay poquitos en el árbol.
Intenta ser tú mismo y verás que te irá bien. Aunque se empeñen en normalizarte, mantente fiel a tu trigo y a tu cizaña.
Una sociedad donde todos piensan igual dará un fruto pequeño e insípido.
6º La uva es un fruto tardío.
Hay hijos que tardan en madurar y suelen ser los mejores. El problema no es el hijo, sino tu impaciencia.
7º Se paciente, “un árbol no crece estirándolo de las ramas”.
Y sobre todo agradece a tus ancestros lo mucho que sembraron y ahora recoges.